Hace ya algún tiempo que tenía ganas de añadir al blog algunas excursiones de agua en el entorno de Madrid. Inauguramos esta sección con una de las rutas más típicas del valle del Lozoya: las Cascadas del Purgatorio. Se trata de un paseo agradable, accesible para casi todos, en el que iremos acompañados por el arroyo del Aguilón a lo largo de prácticamente todo el camino.
El valle del Lozoya es la "despensa de agua" de Madrid. En él se acumulan la mayor parte de nuestros embalses, desde los cuales el agua fluye por gravedad hasta la capital. Esta excursión nos lleva a lo largo de uno de los principales afluentes del alto Lozoya, el arroyo Aguilón, en suave ascenso desde el Monasterio del Paular hasta prácticamente alcanzar su nacimiento en las Cascadas del Purgatorio.
Ficha técnica
Recorrido: Monasterio del Paular (Rascafría) - Cascada del Purgatorio - Monasterio del Paular (Rascafría). Ruta circular.
Longitud: 11 kilómetros.
Dificultad física: Fácil.
Dificultad técnica: Fácil. Hay algún tramo corto en el que hay que subir y bajar alguna roca. Si queremos llegar hasta la segunda cascada la dificultad técnica se incrementa notablemente, pero no es necesario hacerlo en absoluto.
Duración de la ruta: Dos a tres horas.
Distancia desde Madrid: 80 kilómetros.
Acceso en coche: Salir de Madrid por la A-1, tomar la salida 69 en dirección Rascafría por la M-604. Tras atravesar esta localidad se llega casi inmediatamente al Monasterio del Paular, en cuyo aparcamiento podemos dejar el coche. Si está lleno, también es posible acceder al aparcamiento de Las Presillas, que está un poco más adelante.
Acceso en transporte público: Línea 194 de autobús desde Plaza de Castilla hasta Rascafría (para en Guadalix, El Molar, Venturada y La Cabrera, entre otras localidades).
Época del año: Se puede hacer en cualquier momento, pero quizá es mejor en primavera u otoño. En primavera, con el deshielo, el arroyo y las cascadas suelen llevar más agua, mientras que en otoño tenemos una gama de colores rojos y amarillos que vale la pena ver. En verano hay posibilidad de baño (sobre todo en Las Presillas), y en invierno es fácil encontrar nieve.