¿Te has preguntado alguna vez lo que significa el nombre “Madrid”? ¿Sabías que guarda estrecha relación con las obras hidráulicas? ¿Sabes que durante siglos Madrid dependió exclusivamente de un complejo sistema de galerías que recogían agua del subsuelo? Con la entrada de hoy empezamos una mini-serie sobre los viajes de agua de Madrid.
El interés por el agua como recurso se remonta a los albores de la raza humana, ya que el agua es indispensable para la vida y constituye la base para la prosperidad y desarrollo de cualquier sociedad. Todo asentamiento humano, desde la más pequeña de las aldeas hasta la mayor de las concentraciones urbanas, debe garantizar el suministro de agua para poder subsistir. Así, no extraña que las grandes culturas de la Antigüedad sean conocidas como “civilizaciones fluviales” por haber florecido en el entorno de grandes ríos. Entre ellas destacamos la cultura egipcia, que se desarrolló a lo largo del cauce del Nilo, la china, que lo hizo junto al Amarillo, la india en torno al Indo, y la mesopotámica, cuyo nombre significa etimológicamente “entre ríos”, en el denominado Creciente Fértil, entre los ríos Tigris y Eufrates.